martes, 21 de agosto de 2012

El alma sola


El día que podamos estar a solas con nuestra alma y abandonarnos en manos del corazón, para que sea quien distinga esa soledad y esté dispuesta a compartirla, dejando esos sueños egoístas a un lado.
Vamos cerrando los ojos al paso de corazones, calificándolos según nuestra conveniencia, examinandolos y poniéndoles nota en busca de nuestro 10 perfecto, creando falsas expectativas utópicas de futuro.
Comenzamos a vivir de sueños ajenos, esperando cautelosos a que llegue la perfección que tanto anhelamos.
¿Nos damos cuenta de que somos felices en la medida que llenamos ese vacío con alguien más? ¿ No nos percatamos de que no estamos aquí para que nos hagan sonreír, sino para disfrutar de las sonrisas que provocamos?..
Y posiblemente  un día, vuelva aparecer esa persona con la que quizás las miradas se crucen en el camino girándonos al unisono, dejando atrás el egoísmo aparente y no será un sueño.
Una persona como cualquiera, con dudas y temores y también con cualidades, con una mirada amplia para ver el mundo en su perfección diminuta y ver en su humildad, en su gigante pequeñez un motivo de soledad, una manera de alejar tantas cosas, de compartir tantas otras......

1 comentario:

  1. Sin soledad, no puede haber ansias de compañía,,,,
    y cuando hay compañía, queremos soledad.
    Pero cuando esa mirada, te estremece, ya no hay que
    temer a la soledad.....................

    ResponderEliminar